Hoy se conmemoran 45 años del muro del Berlín. De chiquilla, yo sentía una envidia enorme cuando Mímí, con voz de enciclopedia británica o de documental sentenciaba “
y se volvía, con una sonrisa maldosa, a enrrostrarme mi ausencia total de protagonismos histórico pasivo
Pero ojo. Ese mapa es solo de BERLIN. No de la Alemania entera. Con la reunificación, el cable, el aggiornamiento de los mapas, los dichosos que han viajado y me han contado y la curiosidad, describí que Berlín queda y ha quedado siempre más bien hacia arriba y a hacia la derecha. Si hubieran pasado el muro que dividía al país por el medio, la antigua República Democrática (que era precisamente la roja) hubiera sido una mirrusca. Entonces no me explicaba yo para que un muro en medio de una ciudad que antes de 1989 estaba justo en el medio de un país comunista.
Entonces, recientemente y gracias a la gentil ayuda del Antídoto, descubrí que el muro no solo pasaba por en medio de Berlín, si no que lo rodeaba completo, como se ve en este mapa, donde además se aprecia cómo etsuvo ocupada Alemania. El puntito blanco de arriba es Berlín.
O sea, fueron una ciudad sitiada por años. En medio de la Europa comunista (Aus der mitte Europas, como dicen en la Deutsche Welle), había un remanso de capitalismo, con todas las ley de ciudad consumista de fuerte contraste con el gris standardizado, la igualdad impuesta y lo parejo del régimen, en la calle que quedaba al otro lado de la pared. A mí me parece que así, la cosa cambia. No sé exactamente porqué, pero cambia.
Y les cuento para que a diferencia mía, no hagan el ridículo si hoy, por dárselas de sabihondos, participan en una conversación sobre el tema. Y si ya sabían, no hace falta tampoco que me lo echen en cara.