Una vieja costumbre remozada
Cuando yo estaba en la escuela, mis compañeros más inquietos, que hoy serían calificados de líderes en potencia o niños índigos, marcaron la moda con un famoso cuadernito que era más sabroso que todos los registros de Edgar J. Hoover juntos y que dotaba de impresionante poder al dueño, cuyo requisito primordial era ser discreto y su peor defecto, chismoso o un corrupto que prestaba el cuadernito para disfrute ajeno a cambio de una empanada con queso o papas tostadas con chile. Sé que tenía diferentes nombres en diferentes escuelas. En la mía se le reconocía abiertamente la naturaleza: Se llamaba Vinazo.
Era un honor que a uno le pidieran que participara. Había diferentes cuadernos para diferentes argollas, desde los VIP hasta los que eran como uno. El asunto consistía en anotarse en una lista al final del cuaderno (o al principio, había variantes), donde uno asumía el número del renglón donde ponía el nombre. Luego volvías al inicio y en el renglón con tu numerito, contestabas las preguntas que había en el encabezado de cada página. Pasaba de cosas como mi color favorito o lo que le pediría al niñito dios o a cuál me mis papás prefería; hasta situaciones complejas como si alguna vez había fumado, si me gustaba Fulano o que explicara las mecánicas de hacer un bebé, revelando circunstancias extrañas y personalísimas como las del primer beso, descripción de la cosita con la que mi primito orina y demás elementos desconocidos para una criaturita de cuarto grado.
Servía para un viaje interno de conocimiento del yo, diría algún terapeuta. Se daba cuenta uno de lo poco que se conocía y las ínfimas cosas que había vivido. Te enterabas de la vida ajena. Buscabas con emoción a ver si estabas como respuesta en la pregunta de “Usté tiene novia?” (Nota de Sole: tener novia en ese tiempo era reconocer que te gustaba alguien. Nada de relación emocional formal ni nada de eso). Habían preguntas tan abiertas que en juicio se hubieran rechazado por ambiguas, pero aquí estaban hechas con malicia planificada para que uno se encholara y se dejara decir cualquier tontera exponiendo su corazoncito.
Era mal visto contestar a las preguntas más picosas con un Nada, no sé o yo no he hecho eso todavía. Y algunos, como yo, teníamos en el cuadernito una brújula para ver qué tan perdidos estábamos en el desierto de los desadaptados y la distancia que nos separaba de la vida normal de nuestros congéneres.
Era codiciado el cuaderno. Se hacían petitorias para que a Esteban, por ejemplo, se le solicitara atenta participación y había fila cuando se autorizaba su préstamo además del juramento de guardar el secreto. Las maestras lo decomisaban y se reían por horas. Las orientadoras llamaban a los padres preocupadas por nuestras confesiones de vida de delincuencia activa. No servía de nada alegar que uno mentía para ponerle condimento a mi devaluada aura.
Digo todo esto, porque la Pulga ha revolucionado el concepto y le ha dado un aggiornamiento a la época de blogs, invitándome amablemente a participar en su blog cuadernito. Me picó el viejo gusto por responder cuestionarios que aun me hace víctima de cuanta encuesta me encuentro y acepté gustosa. Estas fueron las preguntas que me mandó la Pulga :
1. Porqué el Nombre de tu blog?
2. Porqué nace tu blog cual fue tu necesidad?
3. Cuál es tu objetivo principal, qué quieres alcanzar?
4. Qué concepto tienes de este medio (blog) para comunicar tus ideas?
5. Qué esperas de la comunidad bloggera?
6. Di lo que quieras aquí.
Y mis respuestas las pueden encontrar aquí , que espero no levanten roncha y al que le pique que se rasque o se ponga calamina. Rechazo por si acaso.
Donde la Pulga encontrarán además las respuestas de participantes que me precedieron: Medea y Carissima; así como posts ingeniosos y divertidos, música, sugerencias de regalos para éstas épocas, frases motivadoras y análisis de todo tipo. Se rumora que vienen más entrevistas en camino.
Recomendación de la semana: www.lapulgaerrante.blogspot.com
Era un honor que a uno le pidieran que participara. Había diferentes cuadernos para diferentes argollas, desde los VIP hasta los que eran como uno. El asunto consistía en anotarse en una lista al final del cuaderno (o al principio, había variantes), donde uno asumía el número del renglón donde ponía el nombre. Luego volvías al inicio y en el renglón con tu numerito, contestabas las preguntas que había en el encabezado de cada página. Pasaba de cosas como mi color favorito o lo que le pediría al niñito dios o a cuál me mis papás prefería; hasta situaciones complejas como si alguna vez había fumado, si me gustaba Fulano o que explicara las mecánicas de hacer un bebé, revelando circunstancias extrañas y personalísimas como las del primer beso, descripción de la cosita con la que mi primito orina y demás elementos desconocidos para una criaturita de cuarto grado.
Servía para un viaje interno de conocimiento del yo, diría algún terapeuta. Se daba cuenta uno de lo poco que se conocía y las ínfimas cosas que había vivido. Te enterabas de la vida ajena. Buscabas con emoción a ver si estabas como respuesta en la pregunta de “Usté tiene novia?” (Nota de Sole: tener novia en ese tiempo era reconocer que te gustaba alguien. Nada de relación emocional formal ni nada de eso). Habían preguntas tan abiertas que en juicio se hubieran rechazado por ambiguas, pero aquí estaban hechas con malicia planificada para que uno se encholara y se dejara decir cualquier tontera exponiendo su corazoncito.
Era mal visto contestar a las preguntas más picosas con un Nada, no sé o yo no he hecho eso todavía. Y algunos, como yo, teníamos en el cuadernito una brújula para ver qué tan perdidos estábamos en el desierto de los desadaptados y la distancia que nos separaba de la vida normal de nuestros congéneres.
Era codiciado el cuaderno. Se hacían petitorias para que a Esteban, por ejemplo, se le solicitara atenta participación y había fila cuando se autorizaba su préstamo además del juramento de guardar el secreto. Las maestras lo decomisaban y se reían por horas. Las orientadoras llamaban a los padres preocupadas por nuestras confesiones de vida de delincuencia activa. No servía de nada alegar que uno mentía para ponerle condimento a mi devaluada aura.
Digo todo esto, porque la Pulga ha revolucionado el concepto y le ha dado un aggiornamiento a la época de blogs, invitándome amablemente a participar en su blog cuadernito. Me picó el viejo gusto por responder cuestionarios que aun me hace víctima de cuanta encuesta me encuentro y acepté gustosa. Estas fueron las preguntas que me mandó la Pulga :
1. Porqué el Nombre de tu blog?
2. Porqué nace tu blog cual fue tu necesidad?
3. Cuál es tu objetivo principal, qué quieres alcanzar?
4. Qué concepto tienes de este medio (blog) para comunicar tus ideas?
5. Qué esperas de la comunidad bloggera?
6. Di lo que quieras aquí.
Y mis respuestas las pueden encontrar aquí , que espero no levanten roncha y al que le pique que se rasque o se ponga calamina. Rechazo por si acaso.
Donde la Pulga encontrarán además las respuestas de participantes que me precedieron: Medea y Carissima; así como posts ingeniosos y divertidos, música, sugerencias de regalos para éstas épocas, frases motivadoras y análisis de todo tipo. Se rumora que vienen más entrevistas en camino.
Recomendación de la semana: www.lapulgaerrante.blogspot.com
13 Comments:
Excelente la idea del Tugo!! (a elucubrar una version moderna pues, oh maestro de los mindgames)
Yo me acuerdo con mucha risa de los famosos vinazos, escribí como en unos veinte talvez y siempre le pedía a la dueña (invariablemente eran mujeres las propietarias) que se lo pasara al guila que me gustaba, solo para ver que ponía en la pregunta de "quien te gusta?".
9:07 p. m.
Me acuerdo lo que escribia todo mundo, y la importancia social (como menciona Sole) que significaba llenar un vinazo; pero lo que mas tengo presente es la felicidad con la que los profesores leian los vinazos que confiscaban!! Bendita autoridad!!
9:45 p. m.
Pues por mis rumbos no teníamos nada por el estilo... o será que nunca me invitaron a participar??? Claró teníamos cositas y siempre había esas chicas maliciosas que se te acercaban zalameramente para después humillarte ante el chico más guapo y deseado del grado pero de veras... nada de nada. qué curioso... y hasta me dieron ganas de contestar las preguntas de la pulga yo, pero me controlo...
Nota de Ila (Sole, digo, me controlo publicamente porque ya sabemos que en privado es otra cosa - je je)
11:51 p. m.
Se podía escribir "Ibídem"?
12:31 a. m.
jejeje ahora se tiene algo llamado purity test y dailyconfession.com :P
Me acuerdo de los vinazos... solo que en nuestro caso eran anónimos :P
7:45 a. m.
Lo curioso es que también las mentiras se asomaban... porque claro! uno podría a esa edad ser ingenuo pero no idiota.
Bien lo que decis de que las respuestas serían de conocimiento público: así que ante un: ¿has apretado? uno pusiera que si solo para no quedar mal.
Y así con todo lo demas...
Yo de mi época escolar no tengo gratos recuerdos, de hecho creo que hasta tuve que pedir un par de vinazos a ver si acaso.... :(
Lo bueno es que las cosas cambian para bien.
9:32 a. m.
Yuré, me parece que no sabíamos escribir "íbidem". Lo que me gustaría es leer uno de eso vinazos que llené... ¿cuántas mentiras habré dicho para que mi vida pareciera interesante?
8:45 p. m.
Tugo: Ahora ocuparían algunos ampos para llenar una sola de las respuestas de aquellos tiempos.
Flo: No sé porqué me parece verte en esos mates
Ana: Yo recuerdo a Mrs Villalobos, mi profe de 5 grado, cuidando un examen y riéndose de sus pupilos y aventuradas respuestas.
Ila: claro que las podés contestar. Apply to wwww.lapulgaerrante.blogspot.com jejeje
Yuré: Ibidem
Medea: Me metí al daily confession... horrorrrrr... ctaólicos con culpa on line!! y clasificados por violación de mandamiento!!!!
Apócrifo: Lamento decir que Ibidem.
Sirena: Te apuesto que no más que las mías.
9:44 p. m.
Entonces que...pasamos a comprar ampos a Office Depot (por aquello del descuento) sugiero titulos como "Confesiones de Garganta Profunda" o algo asi sencillo e inocente como aquellos tiempos...
11:14 a. m.
O podríamos ponerle Taboo... qué tal?
8:04 p. m.
Tugo, estas tomando nota...?
8:52 p. m.
Alguien bien gato que se haga un sistema de vinazo online... algo así como quienes le ayudaron a dean con el contador de días para que se vaya Abel.
7:29 p. m.
Sirena: ese es mamá pitufo! y on line está el Instituto Kinsey, tienen una encuesta buenísima!
8:42 p. m.
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