Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

junio 10, 2008

El señor de la querencia o la misma mona con distinto rabo

Yo, como estoy media tocada del techo, veo televisión chilena. Y eso incluye a veces las teleseries, que es el nombre decente y moderno para no decir novelas o culebrones y para que a uno no le de tanta vergüenza verlas. Hay una nueva, de esas históricas, sobre la vida en las haciendas (los fundos) a inicios del siglo pasado, del patrón, sus mujeres, sus peones y su vida.

Esta que veo a veces, ha sido criticada por su violencia. El patrón- que es el señor de la querencia- le grita a todo el mundo, se coge a todas las mujeres a la redonda y a las que no se coge, les enseña la pipí, casi es el dueño del putero del pueblo, le pega al que se le atraviese y se le nota que es más malo que maltratar a un perrito callejero.

Frases como “muéstreme sus pechos. ¡Ya pues! es una orden” (a una de las empleadas) “No se confunda Leonor, usted es mi mujer, no mi amiga” (hablándole a la esposa), “Usted tiene que aprender a tratar a esa gente. No tiene sentido tratar de ser amable con ellos” (impartiendo lecciones de administración de recursos humanos), “Ya le he dicho que cuando esté templado vaya a la casa de la tía Carmen (el burdel)” (lecciones de vida para los hijos); lo retratan de cuerpo entero como un patán, pero de los que se lo toman en serio. Son frases tan crudas, tan fuertes, que lo hacen un personaje, al final poco creíble y casi caricaturesco. O al menos eso dicen las críticas. Dicen además que el lenguaje es falso y acartonado, que en ese tiempo se hablaba más afrancesado, que esto y que lo otro.

Se les hace como urgente decir que no existe nadie así ni ha existido nunca. Debe dar miedo, eso, de reconocer en un personaje de una novela la crueldad de la que somos capaces.

Hay otra cosa que me deja pensando. Uno de los comentarios que leí en mis ratos de ocio, que me procuro con vergonzosa frecuencia, dice que “la hacienda, como concepto hoy en día se trasladó a los bancos y las financieras, donde unos pocos continúan controlando a la mayoría”.

Traducido a Costa Rica, nosotros aquí, ya evolucionados y globalizados, vendríamos a tener ya no un gamonal, sino un señor de la gerencia y en lugar de la finca, unas oficinas con aire acondicionado en un edificio caro y exclusivo, que se anuncie en los semanarios financieros y que nos obligue a manjar una hora de ida y una de vuelta con la gasolina con esos precios y presas. En lugar del ganado o la siembra, nos dedicaríamos a los servicios, entotorotados por la inversión extranjera. Todos con la camiseta puesta, que somos una gran familia aunque no sos dueño de nada. Sos un asalariado. Que nadie se ahueve porque aquí nadie es peón de fundo: el título de la U te da derecho a que te digan licenciado.

5 Comments:

Blogger Dean CóRnito said...

Por primera vez llego de primero... Yippyyyyyyyy.

Oíme, yo nunca he conocido una sociedad donde todo el mundo sea propietario, ¿vos sí? Creo que el patanismo debe de ser erradicado, o al menos duramente castigado, ya que los trabajadores, aparte de sus derechos legales tienen derecho a un buen trato. Si te ponés a ver lo que pasó en Estados Unidos en los 80s y 90s, con el political correctness y la persecución pública del sexual harassment, podrán parecernos "redículos" los gringuitos, pero es la manera que ellos tienen de tratar de erradicar esas cosas de las que aquí todavía muchos se enorgullecen.

No es lo mismo pero es relacionado: te acordás que te conté que una vez escuché a un Diputado decir que para qué bajar el nivel de alcohol permitido en la sangre para manejar si el podía tomarse cinco güiskis y manejar como si nada? En USA a ese Diputado lo hubieran desbancado en la siguiente elección, si no es que lo forzaban a renunciar.

8:43 p. m.

 
Blogger Humo en tus ojos said...

Los anteojos de aumento para ver claramente las aberraciones del pasado nunca han estado en mejores condiciones. Y en cambio se reduce la agudeza mental para verse en el espejo del presente cometiendo las mismas faltas (y si no son las mismas se parecen demasiado), con un nombre supuestamente más digno.

8:59 p. m.

 
Blogger Solentiname said...

Dean: Pues tampoco. Pero no renuncio a la utopía. :)Creo que los gringos tuvieron que llevarlo al bend over backwards, pero funcionó. El comentario me llamó la atención porque cuando ves muchas de las nuevas empresas ves que es old money reciclado, una actualización de los viejos esquemas... aveces no se da uno cuenta hasta que un chileno le muestra a una lo contrario. Y sí: hay que declararle la guerra a los patanes y a los borrachos!

Humo: mesmamente!!

9:27 p. m.

 
Blogger TicoExpat said...

Sole,

La entienmdo por denunciar esa campanna de callar lo que no se quiere reconocer. Patan o borracho, escudado en apellido y abolengo, humilla a sus compatriotas, y averguenza a sus ancestros.

Aca hay quienes, desde sus puestos de poder, tratan de negar el pasado. Las luchas de los aborigenes contra los japoneses, las inequidades del regimen durante la ley marcial, las torturas, desapariciones y despojos de esa epoca, el trato racista hacia los trabajadores migratorios, si bien no todas estas desigualdades han ido a las cortes, ya no estan en el silencio. El conocimiento libera.

En Tiquicia, no hemos llegado a ese nivel de vivencia historica, que se recuerde y se nombre. La justicia evita manchar a los "senores de buena familia". Y lo peor: se niega activamente lo que ocurre, viviendo en pavorosa impunidad y adormecimiento intelectual.

Dean, lo peor no es lo que dicen, sino lo que hacen -aparte de evitar que pasen leyes para ordenar el caos. De la abundancia del corazon...

10:39 p. m.

 
Blogger TicoExpat said...

Sole,

La entienmdo por denunciar esa campanna de callar lo que no se quiere reconocer. Patan o borracho, escudado en apellido y abolengo, humilla a sus compatriotas, y averguenza a sus ancestros.

Aca hay quienes, desde sus puestos de poder, tratan de negar el pasado. Las luchas de los aborigenes contra los japoneses, las inequidades del regimen durante la ley marcial, las torturas, desapariciones y despojos de esa epoca, el trato racista hacia los trabajadores migratorios, si bien no todas estas desigualdades han ido a las cortes, ya no estan en el silencio. El conocimiento libera.

En Tiquicia, no hemos llegado a ese nivel de vivencia historica, que se recuerde y se nombre. La justicia evita manchar a los "senores de buena familia". Y lo peor: se niega activamente lo que ocurre, viviendo en pavorosa impunidad y adormecimiento intelectual.

Dean, lo peor no es lo que dicen, sino lo que hacen -aparte de evitar que pasen leyes para ordenar el caos. De la abundancia del corazon...

10:39 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home