Juan Pato updated y lo nuestro
Mi sobrino está desesperada e irremediablemente enamorado de mí. Aunque los dos sabemos que lo nuestro es clandestino y como diría Ray Tico, “imposible”.
El me ve entrar y me sonríe con su sonrisa encantadora, desdentada y especial y me hace un saludo coqueto con la cabecita (que todavía no sostiene). Solo conmigo se ríe a carcajada limpia, como la versión live de Tickle me Elmo. Yo le tiro más besos de la cuenta y él trata de corresponderme con los labios en posición de chompita, aunque por el momento solo le salen babas y burbujitas.
Me acaricia el pelo a jalonazos. De la emoción, tira pataditas que están a punto de quebrarme las costillas. Yo soy su canción de Víctor Manuel, la que quiso poder amarrar, teniéndome siempre cerca, pudiéndome controlar.
Mi hermano no se explica el misterio de esta química innegable entre Juan Pato y yo y la conversión operada, que hace que alguien como yo decida de repente que es buena idea visitar a la familia, aunque sea al que todavía no habla, siempre con un juguete en la mano.
Es amor del más puro. Diría que es desinteresado, pero creo que en este idilio algo ha tenido que ver que yo soy la única que lo zongoloteo hasta el cansancio y la mayoría de las veces hasta el vómito, con canciones infantiles y conversaciones de enamorados entre él y yo. Cuando hago un descanso, completamente sudada, sin fuerzas y con todas mis lesiones de intentos deportivos previos activadas por el esfuerzo, a brinquitos me exige que siga la fiesta y el relincho.
Yo no tengo ni corazón ni dignidad para negarme a sus caprichos. Una vez más, he dejado de ser yo para ser lo que quiere de mí un hombre, de 60 centímetros.
3 Comments:
arrastradota es lo que sos!!!
(jajaja...no te preocupes, tu secreto te lo guardo ;) )
7:43 a. m.
touché my dear...
7:48 a. m.
quién se atrevería -o podría- decirle que no a esa ricura????
10:47 a. m.
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