Jacques
Me gusta ser un pez. Tengo el cuerpito rojo brillante y una cola amarilla bastante simpática. En mi pecera hay algas y piedritas de colores, y hace poco mi dueño me compró un castillo de mentira y yo paso nadando por sus ventanas y salones.
Mi dueño me quiere mucho. Yo no sabía que los humanos podían querer tanto a los pececitos. Me da de comer todos los días, y se sienta por horas a observarme y hacer apuntes. Cuando me mira, yo aprovecho y hago mis mejores trucos. Nado hasta el fondo muy rápido, me escondo entre las algas, me hago la dormida abro y cierro los ojos, me acerco al vidrio, y me pongo de lado para que me vea las branquias. A veces le tiro besitos de pescadito por el vidrio, y él apunta en su cuaderno “Marie abre y cierra la boca varias veces”
El dice que yo soy fascinante. Y debe ser cierto. Mi pecera está en su cuarto, que está todo decorado con cosas del mar. Es azul profundo, y hay estrellas de mar, fotos de peces, y barquitos de juguete. Su libro favorito es “20 000 leguas de viaje submarino” de Julio Verne.
Jacques adora el mar. Cuando habla conmigo me dice que él descubrirá el mundo que hay bajo el agua, que irá por el planeta en un barco que se llamará Calypso y que descubrirá nuevas cosas. Iremos a visitar a las ballenas, a las tortugas, a los atunes, a las sardinas. Que comprobará que los delfines hablan, que descubrirá donde está Atlantis. Que iremos juntos de polo a polo, porque en el Caplypso, en un lugar especial, iremos mi pecera y yo, el primer pez científico.
A mí que gusta que Jacques me diga esas cosas. Lo escucho y muevo mi cola al ritmo de las grandes olas del mar.
Madame Costeau lo llama a cenar:
- Jacques, deja de pensar en el agua y ven a comer.
Jacques me promete que apenas termine, me contará como es un acuario. Y después, otra vez hablaremos del mar.
Mi dueño me quiere mucho. Yo no sabía que los humanos podían querer tanto a los pececitos. Me da de comer todos los días, y se sienta por horas a observarme y hacer apuntes. Cuando me mira, yo aprovecho y hago mis mejores trucos. Nado hasta el fondo muy rápido, me escondo entre las algas, me hago la dormida abro y cierro los ojos, me acerco al vidrio, y me pongo de lado para que me vea las branquias. A veces le tiro besitos de pescadito por el vidrio, y él apunta en su cuaderno “Marie abre y cierra la boca varias veces”
El dice que yo soy fascinante. Y debe ser cierto. Mi pecera está en su cuarto, que está todo decorado con cosas del mar. Es azul profundo, y hay estrellas de mar, fotos de peces, y barquitos de juguete. Su libro favorito es “20 000 leguas de viaje submarino” de Julio Verne.
Jacques adora el mar. Cuando habla conmigo me dice que él descubrirá el mundo que hay bajo el agua, que irá por el planeta en un barco que se llamará Calypso y que descubrirá nuevas cosas. Iremos a visitar a las ballenas, a las tortugas, a los atunes, a las sardinas. Que comprobará que los delfines hablan, que descubrirá donde está Atlantis. Que iremos juntos de polo a polo, porque en el Caplypso, en un lugar especial, iremos mi pecera y yo, el primer pez científico.
A mí que gusta que Jacques me diga esas cosas. Lo escucho y muevo mi cola al ritmo de las grandes olas del mar.
Madame Costeau lo llama a cenar:
- Jacques, deja de pensar en el agua y ven a comer.
Jacques me promete que apenas termine, me contará como es un acuario. Y después, otra vez hablaremos del mar.
18 Comments:
Me sentí medio axolotl al leerte. Vieras que sospeché un final trágico para el pobre pez debido al anuncio gastronómico de Mme Costeau (me lo imaginé en ceviche con guineo) // Cuando era niño solía soñar que miraba desde la proa de un barco a un tipo peleándose con un calamar gigantesco. Entonces, el hombre ganaba y subía por la escalerilla lateral. Yo al reconocerlo soltaba un grito de asombro: Jacques Costeau!???, y el respondía: Sí, COSTÓ mucho pero lo logramos. ((Sole, dispárame, salva al mundo de mis horribles chistes)).
2:25 a. m.
Tugo: Nada de abandonos. Ahora recorren juntos los mares del más allá.
Yuré: Nada de disparos. Me quedaría sin conocer el final de lo de Sol...
9:14 a. m.
La Sra. de Gomas tenía un pececito de esos antes de casarnos. El pececito vivió más que el doble de su esperanza de vida, y murió dos días antes de nuestra boda. Aún no sabemos si fue nostalgia anticipada, o si murió asfixiado por una cagada de Otrova. ¡La pecera estaba en el baño!
9:58 a. m.
Ya que hemos pasado de un pseudo intento de cuento infantil a peces muertos, les comento que una de las excepciones corruptas que hago a mi vegetarianismo es el ceviche y con guineo, como dice yuré, es lo máximo.
10:19 a. m.
Miedo de que? acaso te van a comer? ;) Eso incluye a las que hacemos trampa? preguntale a Pico de Oro que yo, miedo lo que llaman miedo, no doy.
10:29 p. m.
(pst! Sole, convence a Otrova de escribir esa anécdota del pececito que mató en los rigores del "number two". Me suena potencialmente divertida la historia).
11:46 a. m.
(yuré: HECHO!)
12:47 p. m.
"...preguntale a Pico de Oro que yo, miedo lo que llaman miedo, no doy"
Suave, suave. Donde me perdí? Yo soy un lector de esos tipo "lurker": no comento mucho, pero leo muy atentamente (o eso creo). Hasta hace un rato tenía por seguro que tu amigo el de aureo "beccus", te temía o sentíase intimidado por vos de alguna manera. De hecho me preparaba a glosar acerca del comment de Ivan, cuando veo tu supra citada respuesta. Por fin, donde quedamos? O será que yo no estoy en nada (esa es una posibilidad bastante razonable, la verdad)?
Por otro lado yo de temerte, lo sería no por vegetariana sino mas bien por abogada. De esa calaña conozco muchas y esas SI se lo comen a uno (en mas de un sentido).
12:56 p. m.
Gracias Oscar por el attenti seguimiento. A ver: Yo creo que yo no doy miedo. Aunque mida 1.80. Aunque estudié derecho. Aunque salga en un supuesto programa de sexo. Pico de oro me tiene susto, dice él, pero no es por vegetariana. Traté de ser irónica al decirle a Iván que le preguntara (sufro a diario los efectos del picus temorosus y no pensé si Iván había leído o no mis andanzas ornitológicas)... en fin. Y sí, mejor no toparse conmigo en juicio porque se me sale toda la calaña (ojo el autobombo). Pero fuera de eso, hasta podría creer yo que soy medio simpática. Y en todo caso, los temores, por ausencia de ingesta de carne, por profesión o por cualquier otro motivo y/e/o circunstancia, se resuelven enfrentándolos. No tengo más preguntas, señor Juez.
1:18 p. m.
Me quitás un peso de encima. Ya empezaba yo a creer que el diario bregar de Cronos había (irremediablemente) afectado mi memoria, mi (no muy afilada) capacidad de comprender lo que leo, o mi (ya de por si estrecho) umbral de atención.
Lo que sigo fallando al tratar de comprenderlo es el hecho de que Pico de Oro pueda sentir susto de vos. Será acaso fingida vulnerabilidad, digo yo? Se ha sabido de congéneres míos que han hecho cosas mas extrañas...
Lo del metro ochenta a mí en lo personal no me parece que, por si solo, debiera hacerte temible. En lo que toca a tu simpatía concuerdo con vos y, de fería, te concedo otro 100%: a mi te me antojás simpática completa (aun a pesar de lo del autobombo; que mal visto cantar los propios méritos... no hagás caso, es broma). El caso es que la duda me queda. No se me ocurre porque pudiera alguien temerte así porque si... Vicio oculto acaso?
1:45 p. m.
Por eso yo creo firmemente en la lambada horizontal.
2:09 p. m.
Oscar: Gracias ocultas, gracias y no vicios es lo que tengo.
Me acabas de hacer nacer la duda si Pico de Oro se hace el vilnerable y estoy siendo víctima de la mejor obra de un solo actor jamás antes actuada. Pondré más atención de ahora en adelante.
Yuré: Hermano! de la misma religión y creencia y todo! Además Otrova es también de los nuestros.
2:37 p. m.
¿En qué momento me perdí yo todo este rollo?
Puedo dar fe ante el señor juez de la simpatía de la imputada, en todo el esplendor de sus 180 cm. Puedo también dar fe ante los potenciales demandantes de la mordida de pit bull de la imputada cuando se encuentra usted del otro lado del litigio. Y por esa misma razón la recomiendo como abogada; es de las que hay que tener del lado de uno o buscar inmediatamente el arreglo extrajudicial. ;-)
10:01 p. m.
Vaya, vaya! Veo que venís bien recomendada, Sole. Te cuento que estarás en el tope de mi lista de potenciales defensores si alguna vez mis andanzas me meten en un embrollo tal que no pueda salirme solito del hueco, y hasta dejaré pasar de largo la posibilidad de una conciliación con tal de poder gozar del placer de verte mordiendo.
8:08 a. m.
Oscar: eso se llama voyeurismo ;), pero se agradece!
1:21 p. m.
Voyeur?! (con cara de ofendido) Yo?! Nunca! I always want a piece of the action.
;o)
3:03 p. m.
Debo de admitir que entre los comentarios perdí el total sentido inicial del tema. Ahora solo me acuerdo de la canción de Juan Luis Guerra "Quisiera ser un pez"... que ya ni viene al caso...
11:27 a. m.
Ja Ja Ja. Muy bueno el comentario de K@aren. Quisiera ser un pez... pero no el pobre de Cirilo!
10:16 a. m.
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