Pecho a tierra
Tanto silencio, según yo, me confirmaba el tácito final del idilio raro.
Tampoco es que me sorprendiera, porque siempre he tenido muy claro,
que en el mundo en que el vos sos príncipe, las mujeres como yo,
sin pedigree, nunca pasamos de ser sirvientas.
Pero te llamo por el sadomasoquismo de la confirmación y el desprecio.
Y entonces me das razones y me pedís tiempo.
Así somos los arrastrados. No tenemos remedio.
Yo, acepto: “De acuerdo. Me espero”.
Tampoco es que me sorprendiera, porque siempre he tenido muy claro,
que en el mundo en que el vos sos príncipe, las mujeres como yo,
sin pedigree, nunca pasamos de ser sirvientas.
Pero te llamo por el sadomasoquismo de la confirmación y el desprecio.
Y entonces me das razones y me pedís tiempo.
Así somos los arrastrados. No tenemos remedio.
Yo, acepto: “De acuerdo. Me espero”.
3 Comments:
No sé que sea más insólito(tras leerte), este deseo de alargar los brazos para consolarte o las ganas de golpear a un chico de pedigri que ni conozco.
5:08 a. m.
Concuerdo plenamente con Yuré. Como te lo dije ayer en privado, you're too good for that guy!
8:22 a. m.
El corazón a veces tiene razones que la razón no comprende.
9:48 a. m.
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